¡Me encantan los americanos! ¡Lo hacen todo a lo grande! Megabarbacoas, megacoches, megaempresas, megaguerras, megacrisis, megafiascos, y lo último, el megacierre de Megaupload. Aquí en Españistán no podemos aspirar ni a una diminuta fracción de tanta grandeza. Cuando (por presiones precisamente de EE.UU.) se propuso en Españistán la Ley Sinde, muchos desafiaban a la ex ministra con imposibles: ¿Y por qué no cierras Google y Megaupload? Pobrecita Sinde, que tuvo que resignarse. Pero para el Megapoderoso Tío Sam, no hay nada imposible. Empieza a temblar Google, no vayas a estar en su punto de mira.
Y todo por culpa de una industria que se niega a reconocer que su tiempo pasó, que muestra una excepcional incapacidad de adaptación a los tiempos que corren. Un megadinosaurio que se muere... pero que muere matando a todo el que se cruza en su camino. Primero a sus propios clientes (sin importar que fueran ancianas o niñas de 12 años), y ahora a quien más ha difundido sus contenidos de manera ilegal. Espera un momento, ¿he dicho ilegal?... En fin, parece que ni yo mismo estoy a salvo de sus campañas de adoctrinamiento, esas que repiten tanto una mentira, que acaba siendo aceptada como verdad.
No hace falta ser un experto en derecho (yo de hecho soy bastante ignorante del tema) para darse cuenta que la legislación tiene 2 pilares básicos:
- Intervención mínima: no se hacen leyes nada más que cuando es estrictamente necesario.
- Se regula la excepción, aquello que es unánimemente condenado por el grueso de la sociedad, por el ciudadano de a pie.
Con estas premisas en mente, uno se pregunta: ¿son las descargas de contenido audiovisual unánimemente condenadas por la sociedad o por el contrario son percibidas como algo bueno? ¿Es necesaria su regulación o prohibición?
Las primeras regulaciones al respecto (las leyes de copyright), se introdujeron para restringir el derecho de copia no a los usuarios, sino a los editores. Recién estrenada la imprenta, y dado el elevado coste de preparar las planchas para hacer una tirada de un libro, esta regulación permitía al editor obtener derechos en exclusiva de una obra, de modo que así podía amortizar el gasto de publicarla. De este modo, los editores publicaban más libros y el beneficiado en última instancia era el ciudadano de a pie. Estas regulaciones, hasta ahora, no fueron nunca contra el ciudadano que aquí en España tiene el derecho de copia privada recogido en la LPI, y por eso nadie ha ido a la cárcel por copiar obras audiovisuales sin ánimo de lucro. Copiar estas obras no sólo es legal, sino que además es bueno.
Si copiar contenido audiovisual es legal y bueno, ¿por qué tanto esfuerzo por adoctrinar y legislar? Porque amigos míos, la copia indiscriminada por Internet favorece a la mayoría, pero perjudica a unos pocos, y esos pocos tienen mucho poder y mucha pasta. Utilizan sus recursos (y muchas veces también los tuyos) para darle la vuelta a la tortilla, adoctrinando y legislando en su favor en lugar de en favor de la sociedad. Tal es el poder y la presión que ejercen que si bajas la guardia, con facilidad pueden engañarte y hacerte creer sus mentiras.
Muchos cargos se imputan a Megaupload, cosas como crimen organizado, blanqueo de dinero, etc. pero no es ningún secreto que el verdadero motivo que ha llevado a su cierre es su implicación en las llamadas “redes de descargas ilegales”. Las empresas distribuidoras de contenidos afirman sin pudor que Megaupload les hacía perder 500 millones de dólares. Me encantará ver en sus datos de ventas de aquí a unos meses cómo se refleja este dato en un gigantesco aumento de ganancias.
Curiosamente, ha sido el FBI el que ha propiciado el cierre de Megaupload. Será que no tenían nada mejor que hacer, como por ejemplo encerrar a todos los estafadores de Wall Street, que entre 2001 y 2008 especularon y crearon la mayor burbuja financiera de la historia. Una burbuja que desembocó en una crisis en la que seguimos 3 años después y cuya recuperación se prevé que va para largo. En el documental Inside Job, cuentan con infinidad de entrevistas y datos rigurosos, cómo se fraguó esta crisis, y cómo en estos años muchos de los responsables de la misma ganaron cientos de millones de dólares, aún a sabiendas de la inevitable crisis que estaban desencadenando. Sorprende (entre muchas otras cosas) que ya en 2004 el FBI detectó esta estafa a nivel global y avisó de sus posibles consecuencias. Han pasado casi 8 años y ninguno de los responsables ha sido encarcelado o ha devuelto un céntimo de lo que se llevó. Es más, muchos de los que llevaron a su banco o aseguradora al nivel de quiebra, fueron despedidos cobrando indemnizaciones de más de 100 millones de dólares. Otros conservaron sus puestos o recibieron otros similares, algunos incluso en la administración Obama. La mayoría de estos elementos han sido relacionados con el uso de prostitución o el consumo de drogas, ¿a qué esperas FBI? Cierras Megaupload de la noche a la mañana, pero a estos elementos les dejamos campar a sus anchas, arruinando al mundo entero.
El documental Inside Job (de 2010), que os acabo de comentar, por desgracia es difícil de encontrar en Españistán, incluso en tiendas online grandes como DVDGo. Si queréis verlo (lo cuál recomiendo encarecidamente) podéis descargarlo de Meg... Ops, pues va a ser que no, os quedáis sin verlo. Bueno, no hay que preocuparse, al fin y al cabo podéis ver Gran Hermano 12+1, que justo se estrenó a la vez que cerraba Megaupload. ¿Casualidad? ¿Es este el fin del mundo que profetizaban los Mayas? Todo puede ser.